jueves, 9 de agosto de 2012

POEMA XXXV- SENTIRSE CERCA DE ELLA. AKASHA VALENTINE.

POEMA XXXV- SENTIRSE CERCA DE ELLA. AKASHA VALENTINE.

Abrazada por una multitud de cuerpos inamovibles intento fijar mi mirada sobre tu cuerpo, sin pestañear ni tan siquiera un solo segundo por miedo a perderte. Anhelando ser la copa que sostienes entre tus dedos, saboreo con la punta de mi lengua el embriagador aroma de tu perfume, mientras te llamo sin saber tu nombre con estas palabras silenciosas que pronuncio con mis labios agrietados por el dolor que me produce tenerte tan cerca y no poder tocarte con ellos. Con cierto temor, desconfianza y sospecha ladeo mi cabeza esperando encontrarme cara a cara con tu piel desnuda y tus hombros decorados por unas cintas de color negro. ¿Qué palabras serían las apropiadas para abordarte sin asustarte? ¿Qué tono debo de emplear para que me creas cuando te diga que mi destino quiere unirse al tuyo para toda la eternidad? ¿Qué sabor tendría mi boca en tu lengua y qué rastro de aroma nos quedaría después de besarnos? Demasiadas preguntas que responder en un espacio tan pequeño como este. Quiero abordarte sin prisa, pero sin pausa, quiero acercame hasta ti y susurrarte al oído que eres lo más hermoso que mis ojos han contemplado jamás. Tú y sólo tú eres la reina que ahora gobierna con mano dura mis fantasías, dejándome pequeñas migas que me conducirán hasta el reino de tu corazón.

Te confieso aquí y ahora que quiero estar contigo cada noche de mi vida, para después poder contemplar a tu lado todas las mañanas que vengan a mi existencia hasta el día de mi muerte. Quiero confesarte que puede que no siempre tengas una feliz sonrisa en los labios, pero te aseguro que haré todo lo que esté en mis manos para apartar con suma rapidez las dudas que acechan a tu mente para devolverte esos momentos de felicidad que un día la desolación quiso llevarse consigo. ¿Cómo no voy a amarte si cada vez que te miro sé que no existe luz más brillante en el firmamento que la que desprende tu alma cuando te observo desde la lejanía? ¡Dios mío! ¿Eres real? ¿De verdad existes? ¿No eres un producto de una imaginación desbordada por la locura y afectada por la pena de no ser cuerda? Un alma como la mía ¿es merecedora de este amor que está naciendo dentro de mí y que sin lugar a dudas me hará mejor persona? Una vez más demasiadas preguntas sin respuesta, actos inamovibles que esperan recibir las ordenes de cuerpo y mente. Ven, siéntate a mi lado amor mío, para que el silencio nos llene y las horas nos envidien. Te prometo, mi amor, que un día llenaremos los espacios vacíos que la tristeza ocupó con premura para reclamarlos como suyos. Nunca habrá en el mundo una persona que te ame más de lo que yo te amo, de eso puedes estar segura, así que tranquila, túmbate a mi lado hasta que el día se convierta en noche y Caronte venga a buscarnos para llevarnos a un lugar donde el miedo tiene una fuerza devastadora.

Y si con estas palabras aún no logro convencerte de que mi amor por ti es verdadero, te juro, amor mío, que haré todo cuanto esté en mis manos para poder hacerte la mujer más feliz del mundo, buscaré en los confines del universo esas palabras que tanto necesitas oír en cada momento del día, removeré con mis propias palmas cada roca de este planeta para intentar hallar las sensaciones que tanto esperas con cada segundo que se escapa de nuestras manos, buscaré en los mares y océanos más terribles esas lágrimas que un día derramaste más por dolor y angustia que por otra razón y te las devolveré sanas y salvas liberadas de cualquier tipo de carga, para que nunca te falte de nada, para que nunca más te vuelvas a sentir tan sola. Para mí no habrá distancia alguna entre el cielo y la tierra, porque si es para ti iré donde haga falta y haré todo lo que esté en mis manos para poder darte el mejor sueño que un ser humano puede anhelar. Quiero estar cerca de ti, ahora y siempre, para no sentirme tan vacío cuando esta noche te vuelva a verte marchar en brazos de otro hombre que no te ama. Ven, date prisa, date la vuelta, mírame a los ojos y deja que el universo actúe. Estoy seguro de que cuando tus ojos me miren no habrá nadie más en esta sala para ti, y entonces, sólo en ese instante, me atreveré a susurrarte todas estas palabras sin sonido y plasmadas en un viejo papel donde el olvido las consume.

Akasha Valentine. http://www.akashavalentine.com/akasha/


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