martes, 27 de enero de 2015

POEMA LXXIII- NO VOLVEREMOS A SER SIMPLES EXTRAÑOS. AKASHA VALENTINE.



POEMA LXXIII- NO VOLVEREMOS A SER SIMPLES EXTRAÑOS. AKASHA VALENTINE. 

Apoyaré con suavidad las yemas de mis dedos sobre la desnuda línea que nace entre tu brazo y la sábana para delimitar así el camino que hoy mis labios aún no han tenido ocasión de recorrer llegada la mañana al pie de nuestra ventana. Pues la dificultad de articular palabra alguna me obliga a reiterar el gesto de tragar saliva de manera compulsiva, y nada puedo decir, nada, ante este aplaste silencio que desnuda llegó a dejar mi alma, pues tus cabellos mecidos por los movimientos de tu propia cabeza nadan contra corriente entre mis dedos y tu almohada, y el corazón me palpita, y creo estar viviendo en el limbo, aunque mi memoria no recuerda si al morir sentí dolor alguno, y confuso navego, sin sentido alguno, queriendo saber si lo que estoy viviendo aquí y ahora contigo es real o sólo un maravilloso sueño del que por supuesto no deseo despertar.

Sueña, no levantes la mirada, no abras los ojos y rompas ese hechizo que consigo la mañana se llevará, es demasiado temprano para enfrentarnos a la realidad, tal vez yo haya cometido el error de anticiparme a los hechos, pero ya no puedo dar marcha atrás, así que volveré a reclinar mi cabeza sobre la almohada y fingiré seguir estando dormido, aunque confuso; he de reconocer que me tiene mi consciencia, pues al tocarte te siento, y al pensar que lo estoy haciendo mi cuerpo no deja de temblar, porque he anhelado durante tantos años este momento que ya no distingo la realidad de la ficción, y tampoco es que me importe demasiado, pues los dos hemos dejado de ser completos extraños para llegar a convertirnos en un solo ser durante un instante tan fugaz y a su vez tan intenso que hasta los cimientos del mismo cielo hicimos temblar.

Sigues estando dormida, ¿verdad? Acurrucada desnuda entre las sábanas, lo cual para mí está bien, es ahí donde quiero tenerte de noche de y de día, y sé que sueno como un carcelero, más tan lejos no quisiera llegar con mis palabras y que malentendieras mis gestos, no soy el dueño de tu vida, pues tú, ángel, siempre tendrás tus alas extendidas para volar donde quiera que vayas. Pero ten presente que yo aquí estaré sólo para ti, como el puerto al que todo marinero desea regresar, donde quiera que vayas, donde quiera que desees estar, no te olvides de las cosas que ya vivimos, de los recuerdos que aún sin formar esperan a ser concebidos con nuestras propias manos. Sé que es difícil, y no te prometo que las cosas saldrán bien a la primera, pero ten siempre presente que nunca te acostarás sobre un lecho de miedo, dudas, mentiras e inseguridades, para ti siempre tendré aquello que toda mujer anhela: un hombre en el que poder confiar sin importar las circunstancias o los hechos a los que juntos nos debamos enfrentar.

Akasha Valentine 2015 © http://www.akashavalentine.com


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