jueves, 18 de junio de 2015

POEMA LXXXIII- LA BREVEDAD DE UN SUEÑO. AKASHA VALENTINE.



POEMA LXXXIII- LA BREVEDAD DE UN SUEÑO. AKASHA VALENTINE. 

Dime dónde viven los sueños que al tiempo imperfecto, por defecto de los años, no has podido aún alcanzar. No quisiera dejarte atado a mi brazo, pero en esta noche que oscura y cerrada vive al filo del horizonte yo quisiera tenerte sólo para mí, viendo cómo me miras, y mirando cómo me veo yo en esos espejos del alma que son tus ojos, que aunque longevos siguen siendo hermosos para mí. Son esas arrugas que en las líneas de tu piel, con las yemas de mis dedos me gusta hacer brevemente desaparecer. Y donde las palabras ocupan su lugar, es ahí donde yo quisiera dejar estos besos que a nadie más deseo entregar. Necesito tanto de ti que hasta recelo del tiempo que, enemigo de mis enemigos, acapara los segundos que sólo yo deseo tener como míos y tuyos, nuestros y de nadie más. Y siendo levemente consciente de que demando demasiadas atenciones busco refugio para no tener que oír las excusas que no deseo escuchar al llegar la mañana donde la verdad nos descubre aún dormitando debajo de las sábanas.


Y de buena tinta sé que lo que es justo para ti es por definición propia lo contrario para mí, y aunque lo que yo quiero no lo puedo tener, no me conformo con sólo creerlo, y bebo a grandes sorbos de esta abatida nostalgia que me hace enloquecer, cuando la ausencia de tu figura en las noches me despierta imaginando tu forma en las sombras sin llegar a tomar forma alguna con la que mitigar este dolor que me ahoga y me destroza. Y aunque yo quisiera hacerte saber que mi desdicha es demasiado grande no conjugo las palabras, y por el contrario ahogo, eso sí, mis emociones en las húmedas almohadas sobre las que me he permitido verter demasiadas lágrimas saladas por ti. Con los vientos del Norte siempre soplando a tu favor me alejas demasiadas veces de tu lado llevándote contigo tus propias huellas a tierras lejanas donde temo, mi amor, al propio miedo de creer que al final del camino no sea la esperanza de volver a verme lo que te traerá de vuelta, sino la idea de verte a mis espaldas con otra mujer.


Me siento desamparada por la brevedad de un sueño perfecto, unos afirman que persiste un instante, otros muchos que perdura días e incluso años, pero para mí son estos minutos que se consumen como si de segundos se tratase los que me desconciertan cuando me besas y te beso, cuando me tocas y me devoras con tu boca donde nadie más me toca. Y yo quisiera hacerlos duraderos y eternos, imperecederos a los días, perpetuos al tiempo. Si nuestras emociones no fuesen tan ligeras ni fugaces tal vez, y sólo digo tal vez, lo nuestro seria perfecto. Tú conmigo, yo contigo, siendo lo que nunca seremos, imaginando lo que nunca tendremos me desvanezco ante mis sueños, pues es ahora el deseo quien implora tus atenciones, y mis labios los que evocan y manifiestan el placer que siento cuando las yemas de tus dedos terminan y es tu hombría la que embiste mi sexo, y entre gritos y gemidos sueño e imagino que lo nuestro es un amor perfecto y sin ninguna clase de defectos. 

Akasha Valentine 2015 © http://www.akashavalentine.com


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