jueves, 30 de agosto de 2012

POEMA XXXVII- UN MISMO LATIDO. AKASHA VALENTINE.



POEMA XXXVII- UN MISMO LATIDO. AKASHA VALENTINE. 

Esta repentina carencia involuntaria de compañía me provoca cierto pesar, y me siento obligado a plasmar mi dolor entre unas líneas que nadie más que yo leerá. Mi cabeza está llena de pensamientos melancólicos, recuerdos ausentes carentes de emociones cuya única motivación para seguir adelante es la de hallar la muerte en el olvido. Mis temblorosas manos han comenzado a bailar sin control alguno sobre las líneas que forman mi rostro intentando encubrir unas lágrimas sazonadas por la amargura y alimentadas por la pena que me provoca tu repentina partida. No importa en qué dirección obligue a mis ojos a posarse, todos los objetos siguen colocados en su sitio y sin embargo algo dentro de mí ha cambiado, mi corazón se está derrumbando, mi alma se está haciendo pedazos mientras mi mundo se queda sin un motivo por el que merezca la pena seguir luchando. No lo entiendo, o quizás no lo quiero comprender, por eso soy incapaz de darme la vuelta y enfrentarme a la realidad. Si hablo enmudezco, si callo me ahogo, y si me falta el aire lucho por seguir respirando para poder encontrar la manera de retenerte a mi lado aunque solo sea durante un segundo más.

¿Acaso hice algo mal? ¿Hablé en algún momento sin tener motivos para hacerlo? ¿No fui cortés cuando debería haber inclinado todo mi cuerpo para besar el suelo que pisabas? Quizás este amor que un día te ofrecí de buena voluntad nunca supo amoldarse a tu corazón, es como si el molde con el que hubiera sido fabricado no encajase en tu persona.
¿Por qué me siento así ahora? Sin motivaciones, sin aspiraciones, vacío, lleno de rabia y dolor, consumido por esta amargura que corre por mis venas y me obliga a perder el control. No lo entiendo, pues cada vez que veo tu imagen impresa en las fotografías que decoran las paredes de nuestra casa encuentro tu lado más tierno y amable en ellas. Aunque ya nada importa, porque ahora mismo lo único que me queda de ti son un puñado de recuerdos sujetos en una sola mano cuya vida se va apagando a medida que los voy rompiendo. Quiero preguntarte: ¿por qué lo hiciste? ¿Por qué me dejaste sin razón ni motivo? ¿No fui lo suficientemente amable? ¿No te amé hasta desgastar mi alma por completo? ¿No tuve el suficiente valor para quitarme este pesado corazón y entregártelo en una bandeja de plata para que hicieras con él lo que te diera la gana?

Son demasiadas las preguntas, y para todas ellas sólo existe una única respuesta, tu adiós. Puede que decir ¡lo lamento! en estos momentos no sea lo más apropiado, pero es lo que siento en estos mismos instantes. Quiero que vuelvas a mi lado y me hagas olvidar que este sueño un día se convirtió en una pesadilla de la que no podía despertar. Tal vez suene a excusa barata, pero siento que si ahora no acortamos las distancias no lo haremos nunca, así que ábreme de nuevo la puerta de tu corazón, déjame entrar de nuevo en tu vida para ser un hombre mejor, para amarte como te mereces ser amada, para alzarte en el pedestal que mereces estar y resarcirte por todos los malos momentos que te he hecho pasar. Sé que que no quieres verme, no hace falta que lo digas, pues tu rostro ya habla por ti, pero sé que en lo más profundo de tu corazón sigues sintiendo algo por mi persona, así que dejame tocarte, retenerte entre mis brazos y compensarte por este pesado vacío que ahora llena nuestras vidas. Si necesitas que me calle lo haré, ahora y siempre. Pídeme lo que quieras, pues estoy aquí para dártelo, y no importa cuánto tenga que hacer para ganarme de nuevo tu confianza, porque haré lo que sea para que vuelvas a ser la princesa de mi sueños. Sólo te necesito a ti para ser feliz, así que, ¿qué me dices, pequeña? ¿Tengo una nueva oportunidad para hacerte feliz?



NOTA LEGAL: Akasha Valentine 2012 ©. La autora es propietaria de esta obra y tiene todos los derechos reservados. Si ves algún poema en otra web, foro u otro medio, están cometiendo un delito, salvo que cuenten con el permiso expreso de la autora, y siempre que esté citada la fuente y la autoría.




lunes, 27 de agosto de 2012

POEMA XXXVI- LA ÚLTIMA COPA. AKASHA VALENTINE.




POEMAS XXVI- LA ÚLTIMA COPA. AKASHA VALENTINE. 

Lo sé, los segundos comienzan a ser como molestas agujas que se clavan en la piel y nos invitan a movernos para entablar una absurda conversación donde en realidad sabemos que las palabras son simples objetos decorativos que interrumpen al ardiente deseo que habita en nuestro interior. Te confieso, aquí y ahora engullido por un murmullo constante del que no podemos escapar ni silenciar que no siempre estoy mirándote el vórtice de tu espalda desnuda, pues si lo hago de forma continuada tú te sentirás incómoda y yo dañado, así que de vez en cuando desvío ligeramente la mirada hasta tu última copa, donde la huella de tus labios impresos hace el amor con las penúltimas gotas de ambrosía, y ansío desesperadamente ser el recipiente de cristal transparente al que no le ruborizan las miradas extrañas que le observan con recelo y anhelo.

Cierro lentamente los ojos, como si mis párpados fuesen un pesado telón de acero, pero rápidamente me veo obligado a levantarlo por miedo a verte desaparecer en mitad de la muchedumbre que te rodea con sus brazos desnudos y sus cuerpos cubiertos de finas telas de distintos colores y formas. Puede que no siempre no emplee hermosos gestos o elocuentes palabras que susurrarte al oído mientras tú estás a mi lado, aquí callada esperando a que termine, saboreando el tacto de mis vocales e ingiriendo con lentitud la forma de las consonantes que caen por tu garganta mientras sus manos te arrancan pequeños gemidos silenciosos de placer. El amor era un sentimiento demasiado complicado para mí hasta el día en que te conocí, y desde ese mismo instante toco cambió, todo se volvió más fácil y transparente, podía ver a mi alma con total claridad como si la estuviera observando a través de un cristal.

Tu sencillez, tu forma de ver el mundo, tu belleza externa, tu yo interior, toda tú y a la vez toda mía, así te veo cuando mis pupilas te contemplan desde la lejanía. Eres como un regalo para los ojos de quien desea contemplarte. Pero en la intimidad de nuestra habitación solamente yo puedo llegar a conocerte a fondo y te confieso que eres como un regalo del que nunca querré deshacerme. Tal dulcemente maravillosa, tan sensible que siempre tengo ganas de abrazarte para consolarte, tan frágil que hasta temo sostenerte entre mis brazos por miedo a romperte, pero tan fuerte y valiente que muchas veces olvido quién eres en realidad y de lo que eres capaz aunque yo no esté a tu lado apoyándote. Así eres, una mujer que es capaz de hacerme perder la cabeza, la princesa de mi propio cuento de hadas, la criatura más maravillosa con la que un hombre puede soñar.

Apura esta última copa como si de la última gota de vida se tratase, porque quiero volver a casa para tenerte sólo para mí. Para contemplarte mientras sueltas tu cabello de toda atadura y te deshaces de ese molesto vestuario que oculta la verdadera forma de tu cuerpo. Quiero verte sumida en un sueño relajante, quiero memorizarte mientras tu torso desnudo se relaja en una bañera con pies de gato. No me hace falta nada más para ser feliz, porque cuando extiendo mi mano en el aire siempre encuentro la tuya ahí tendida esperándome, para entrelazar nuestros dedos sin miedo. Sé que a tu lado seré feliz, y hallaré mi propio lugar en el mundo, así que date prisa y deja que mis dedos hablen por mí esta noche. Quiero acariciarte hasta la noche se vuelva día y la luz se vuelva a convertir en oscuridad. Quiero tenerte para siempre entre mis brazos, aunque la muerte insista algún día en que debo dejarte y decirte adiós para siempre. 



NOTA LEGAL: Akasha Valentine 2012 ©. La autora es propietaria de esta obra y tiene todos los derechos reservados. Si ves algún poema en otra web, foro u otro medio, están cometiendo un delito, salvo que cuenten con el permiso expreso de la autora, y siempre que esté citada la fuente y la autoría.